viernes, mayo 06, 2005

Jabberwocky

Lamento no poder reproducir el título del poema de Carroll de la manera que aparece en el libro: "ykcowrebbaJ" pero además al revés también en la grafía, como si los tipos de imprenta estuvieran frente a un espejo. Porque como el Quijote de la segunda parte, como el Martín Fierro de la Vuelta, como la Alicia de "A través del espejo", pasados definitivamente los cuarenta la sensación es que uno ha empezado a perder espontaneidad y entusiasmo, pero también a cosechar los frutos de la madurez. Cuando al mutante que somos le importan más la veracidad que el brillo, el fondo que la forma, prefiere la sustancia que la mera apariencia, disfruta la certeza y rechaza la falsa seguridad garantida, entonces no está nada mal el cambio, aunque cueste un par de años terminar de acostumbrarse a la nueva piel curtida del navegante solitario, a veces timonel, a veces remero, a veces capitán y no pocas náufrago más o menos exitoso.

Humpty-Dumpty se refiere claramente en el capítulo VI de "A través del espejo y lo que Alicia encontró allí" a las enormes ventajas del un-birthday sobre el cumpleaños. Pese a lo cual alguien de Ediciones Cátedra (más concretamente el Sr. Ramón Buckley, traductor) ha vertido equívocamente "cumpledías" (José María Valverde, Julio Cortázar, Bioy, Borges o M.L.M., que no leen este blog, nunca hubieran cometido semejante despropósito).

Así que a very merry unbirthday to you, to you! ¡Muy feliz no-cumpleaños (o "descumpleaños", según se mire) a todos y cada uno de ustedes!

"Tiempo" es el brioso caballo del comisario. No hay razonables posibilidades de éxito si uno desafía a "Tiempo" a una carrera cuadrera. No se sabe de caso alguno de "puesta nomás caballeros" en tales casos, por lo que, milongas sureras aparte, la única certeza de estar yendo en la dirección apropiada es cabalgar sobre "Tiempo" como una cáscara de nuez en medio de la Mar Océano, y abstenerse de intentar asirlo: el flete del acaso inexistente Dios es, también, como el viento.

Sabemos que nadie vuelve en realidad jamás a ninguna parte. Ese es el origen de todas las religiones e ideologías humanas. Pero sin embargo cada situación nueva es una esperanza, una recreación humana de pasado, presente y futuro. Por todo eso, cada vez que uno descubre haberse engañado respecto de la gente o el medio, una de las tradicionales defensas psíquicas es "volver a cero" para empezar de nuevo como si nada hubiera en realidad sucedido, pero - claro está - nunca se vuelve realmente al principio o al momento en que se perdió el norte, porque nuestra experiencia nos acecha, y semejante conducta propia sólo está al acecho, latente, esperando que el futuro nos justifique. Es que, por si alguno todavía no se enteró, somos el destino, aunque cada uno haya llegado con su suerte. En ese sentido, Calvino y los suyos - según parece, y si no tergiverso su pensamiento, quizás el curioso lector tenga algo que decir al respecto - iban bien encaminados.

La herencia de la historia general y de la de cada uno de nosotros no son los lugares ni las cosas, sino la posibilidad de hacernos realidades nuevas a partir de las conductas aprendidas. Lástima que uno tenga que tomar conciencia de eso a costa de su propio tiempo y no siempre encuentre quienes estén dispuestos a hacer camino con nosotros. No todos los que se nos asocian y dicen que no nos preocupemos por ellos porque pueden seguir solos son realmente capaces de hacerlo. La constancia y el sentido común no son la cosa mejor repartida del mundo ni por aproximación: don Descartes ahí le erró fiero. El fracaso de todo tipo de decisión colectiva sin autoridad, sin estructura de poder, pareciera tiene que ver no tanto con los despotismos como con la necesidad humana de buscar delegados-mesías-chivos expiatorios en vez de encontrar soluciones razonables y justas. La justicia y la razón le importan concretamente a mucha menos gente de la que se llena la boca con ellas.

Y feliz no-cumpleaños a todos ustedes, otra vez.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo un amigo que me ha enseñado a cabalgar a lomos del Viento, pero hacerlo a lomos del Tiempo será toda una experiencia.
Espuele nomás, que, a menos que se me vuele el sombrero, me aferraré de las crines.

Alfredo dijo...

Pero guárdese los anteojos en el bolsillo, que las lentes y armazones están carísimas y "Tiempo" galopa muy ligero. Y el sombrero es muy importante, porque evita que a la gente de Krypton que cuenta ya con cierta edad se le vuele el quincho ;-)
Espero con reposo e infusiones en el finde se me pase esta especie de gripe que me agarré. Linda manera de cumplir 24 la mía. Por unos meses, vuelvo a ser mayor que V.E..
Saludos cuervos [¿Vió?, parece que lo traen al Tolo Gallego nomás; alguna vez tenían que traer algo parecido a un director técnico. Desde que se fue Pellegrini... Luego uno ve al Villareal jugando al fútbol (único equipo que lo hace en esa cosa que juegan los gallegos) y le agarra la nostalgia del shileno]

Anónimo dijo...

¿¿Che, y así sin avisar??
Feliz si-cumpleaños entonces!!
Ahora entiendo, lo de volarse el quincho lo decía por experiencia propia :P
Después me cuenta qué se siente así me voy preparando. Los 24 ya son cosa seria.

[vi que lo tientan a Gallego pero sería bueno que también trajeran jugadores... y se dejaran de venderlos].

Alfredo dijo...

Gracias. Pero se equivoca: toda mi a veces larga y siempre blonda cabellera vikinga permanece en su sitio. Lo de la experiencia propia lo dirá por Ud. :-)))
No se siente cosa muy diferente que con otras edades. Uno simplemente se sabe, como siempre, en la flor de la edad.
Y, sí: jugadores de fóbal es lo que se necesita, y algún entrenador que les ponga las clavijas en su sitio a quienes le pagan el sueldo, para que no le desmantelen el equipo así nomás.
Atchís, quiero decir: salud ;-)

principio de incertidumbre dijo...

Varias cosas. En realidad no sé bien cuál es la "temática" de este thema, acaso no importe. Eso en un principio me asusta ya que no sé bien a qué responder. Me suena a saludo y preludio de algo. Que no está mal. De repente una necesidad malsana de encasillar, bah...
Loco, por ahí menciona la editorial "Cátedra"; hace unos sábados atrás también tuve que oír de ella, en un libro de un francés (seguro conocerá) Quenau, interesantísimo. En otro orden, yo digo Feliz No-cumpleaños: parecer lo correcto. Es una excelente idea la del no cumpleaños, también una manera de no celebrar el haber nacido (bah, un flash del momento), nunca se sabe, las divergencias de la interpretación. Hoy, en un ejercicio del taller al que asisto tuve que traducir un poema de Girondo (Lumía), complicadísimo. Es todo un tema el traducir. Un tiempo repetía constantemente el retruécano "traduttore tradittore" (¿estará bien escrito?), lo creía muy divertido, y muy cierto también. A veces me quejo y me reprocho el no saber francés, me pierdo de muchas cosas por no saber. Grrr...
Con lo de "nadie vuelve jamás a ninguna parte". Me temo desconfío, no sé si es tan cierto lo de Heráclito y uno nunca ve el mismo río dos veces. Habrá que ver. Por lo pronto el protagonista de "La invención de Morel" si pudo, ;-)
En cuanto a su comentario:
La justicia y la razón le importan concretamente a mucha menos gente de la que se llena la boca con ellas.
Recordé algo que puse en otro lado, ahí le va:
"Cuando se hablaba con él, y él -lo que no siempre sucedía- traspasaba los límites de lo convencional y, dejándose llevar de su singular naturaleza, decía palabras personales y propias, entonces uno de nosotros no tenía más remedio que subordinársele; él había pensado más que otros hombres, poesía en asuntos del espíritu aquella serena objetividad, aquella segura reflexividad y sabiduría que sólo tienen las personas verdaderamente espirituales y nunca desean brillar, ni convencer a los demás, ni siquiera tener razón."
fragmento de "Lobo Estepario", Herman Hesse.

"El que prefiere que otros tengan razón".
Jorge Luis Borges.

Bueno, no mucho más por ahora.
Saludos Don Alfredo (y felices no-24).

Alfredo dijo...

Una farmacéutica bahiense saludando le viene bien a un marplatense resfriado.

La verdad, la literatura francesa, salvo Jarry, Schwob, Camus (un argelino medio español), Julio Verne y algún otro, nunca me ha apasionado demasiado, pese a sospechar el idioma (soy un tercio franchute). Corolario: parece que no hay cromosoma del francés ;-). Alguien trató de interesarme en Queneau una vez, y lo que leí de él la verdad es que mucho que digamos no me gustó. El colega Macedonio hubiera dicho respetuosamente: "no duermo de ese lado". Acaso debería probar otra vez con don Raymond.

La frasecita de marras es traduttore, traditore, con una sola 'te' en 'traditore', y se trata de un lugar común a repensar: alude a que por buena que fuere una traducción, siempre correrá riesgo cierto de ser siquiera en algún matiz infiel al pensamiento original. También ocurre al revés: te aseguro que a gente como Daniel Defoe es mejor leerla traducida por Cortázar que en el poco atractivo original inglés.

Todo esto me recuerda las andanzas de un prestigioso antecedente de las divertidamente "tramposas" citas y reescrituras de don Georgie Borges en algunos de sus textos: el famoso cordoobé de Amboy, Calamuchita, Don Dalmacio Vélez Sarsfield, que citaba a un montón de tipos como fuentes de su Código Civil, sobre todo a unos franchutes (Aubry y Rau, Demolombe y otros) pero también hasta a la Novísima Recopilación y hasta las Partidas de Alfonso el Sabio, aunque en realidad casi siempre, como denunciara Alberdi, el vejete estaba siguiendo prácticamente al pie de la letra el Anteproyecto brasileño de Teixeira de Freitas, el Maradona brasuca del Derecho Civil liberal. Lo supe tras varios años de estudios, el día que un profe muy maléfico entró a clase con algo que nadie me había dicho que existía: el texto fotocopiado del "Esboço" del macaco (si no hubiera sido sudaca y mulato lo reconocerían como lo que fue, uno de los diez más extraordinarios juristas de la historia de la humanidad). Ahí empecé a comprender que la sacralidad otorgada a algunos textos tiene mucho que ver con la ingenuidad del lector, y aprendí a contextualizar y a estar en guardia contra mí mismo.
Conocía ese texto de Hesse: lo leí cuando tenía 24 de verdad, mientras me enteraba de las habilidades de don Vélez y las excelencias de Freitas (y del gran Joaquim María Machado de Assis, un escritor maravilloso, que le convendría acaso leer). Vea qué coincidencia. Yo también creo que acaso con ser nosotros mismos es suficiente para que el mundo y la relación con los demás sea mejor. Pero se corre el riesgo denunciado tantas veces en las novelas de Hesse: que la gilada nos quiera tomar por líderes para no tomarse ellos el trabajo de pensar. Y de ahí a chivo expiatorio o a mesías o a mártir, sólo un paso. Nunca hay que creer lo que los demás creen de nosotros. Sería como creernos el nick que usamos en los foros, como si Alfredo intentara representar en la vida real el desconcertante papel del 'thehealer' de El Aleph (que no sé cuál será, porque cada uno imagina al interlocutor virtual en físico y en cualidades morales proyectándose a sí mismo, y es un juego peligroso).
Volver atrás el tiempo sería el sueño de más de uno. O volver al menos a cierto momento histórico para modificar algo que se hizo mal según nuestro parecer y así regresar al presente para ser felices. Olvidan quienes piensan esto último que para la eficacia de semejante proceder deberíamos caer en la amnesia de ese acto modificatorio. Si no, no tiene gracia.
Conozco a quienes quisieran volver a un momento determinado para decir algo a alguien que no volvieron a ver, a quien quisiera suprimir de la historia general a algún cierto personaje, a quienes quisieran no haber conocido a alguien que amaron mucho y no estuvo a la altura de lo que imaginaron parecía poder darles... Pero yo no quiero volver a ninguna parte. No por nada Montag se acordaba del para muchos intolerable Eclesiastés: "para todo propósito hay un tiempo debajo del Sol". Y así es: mejor, decía un poeta andaluz, vivir para ver.
Saluditos.

Nunca se lo dije: usted escribe muy bien. En nuestro foro de carácter predominantemente literario hay personas mucho más pretenciosas que sin embargo no consiguen que uno les tolere dos líneas. Con el tiempo (que no regresa) no puede sino mejorar su técnica hasta conseguir que por ejemplo ese basurero del que anda hablando la lea y le dé bolilla ;-).

principio de incertidumbre dijo...

Había escrito una larga respuesta (anoche), pero se me borró. Sólo le mando saludos y gracias por los inmerecidos elogios.

principio de incertidumbre dijo...

Una duda: usted dice que en el foro que frecuentamos hay gente "mucho más pretenciosa", eso me pone entre los "pretenciosos". ¿O es sólo paranoia mía? Je, capaz. Es que no me gustaría serlo.
Saludos.
;-)

Alfredo dijo...

Cuando digo "hay personas mucho más pretenciosas, etcetera", señorita alevín de boticaria, simplemente quiero decir que sus pretensiones son (hasta donde la llevo conocida por mis lecturas de sus textos) las de los buenos escritores y correctas personas: conseguir que sus palabras signifiquen lo que quiere usted que signifiquen y se lean como una intención, ya meramente informativa, ya sinceramente artística, de comunicarse con los demás a propósito de sí misma. En cambio, por ahí pululan los tontos con aires de sabios, cuyo monotema es "miren ustedes lo tontos que son, si yo sé más que ustedes, soy mejor que ustedes e inclusive, como pueden apreciar, estoy en exhibición permanente como las trolas de la Zona Roja de Amsterdam" ;-))) (el más notorio de los cuales es un señor que no carece de cultura y usa un nick , digamos, espartano).
Así que, como decía Carlitos Balá, estése tranquila y duerma sin frazada, que hay "pretensiones" y "Pretensiones". Todos tenemos de las primeras, pero hay algunos que tienen sólo de las segundas, porque pretender comunicarse es para ellos algo propio de plebeyos. Y yo soy muy plebeyo: una vez una dama se me cabreó porque manifesté mi desagrado por el ave tropical a la salsa de banana, e hice el elogio del glorioso Especial de Jamón y Queso, gloria, esplendor, orgullo y jactancia de la gastronomía rioplatense. Eso fue en la no menos gloriosa Ciudad de Mar del Plata, Ombligo del Universo, unos kilómetros al norte de su municipio basquetbolístico ;-).
Saluditos

principio de incertidumbre dijo...

Pero Mardel me parece que está como al noreste, ¿o mi ubicación geográfica es muy mala? Siempre me fue horrible con la geografía, no en cuenta a entenderla (soy una muchacha de eximias notas y ¡abanderada!, je) sino a que me aburre horrores.
Ni le cuento lo que pienso yo de los sandguches de jamón y queso, son casi el padre nuestro de cada día (en perjuicio de mi salud, claro). Y la gente pretenciosa apesta, bueno, usted lo está leyendo en este momento (o antes) en donde ya sabe.
Como diría Liniers: ¿cuándo aprenderemos?
Saludos,
;-)