El "Sphoere machis" de los antiguos griegos, el "Haspartum" de los legionarios romanos, el "Giuoco calcio" de los florentinos renacentistas, son juegos que sirven para determinar los orígenes del fútbol, cuya reglamentación como deporte moderno (1863) es obra exclusiva de los ingleses. Se convino disputar el ritual de vejar simbólicamente el cráneo del referí, sin decirle claramente que él no es un árbitro sino la misma víctima ofrecida en holocausto propiciatorio a los Dioses del Estadio. Una vez con el silbato en la boca, el pobre tipo nada puede hacer sino cumplir su rol en el ritual de su propio sacrificio.
Desde ese entonces, las escuadras deportivas o que pretenden pasar por tales han aplicado diversos sistemas de juego para lograr la victoria (o una derrota lo menos abultada que fuera posible). En base a lo poco que uno sabe de estos asuntos, a sus propios prejuicios, y a algunas lecturas hechas para desasnarse, de las que los números 'on line' de la Revista de Educación Física y Deportes han sido parte esencial, se puede decir que estos fueron esos sucesivos sistemas:
1. Sistemas Primitivos:
a)1 (arquero) y 10 atacantes; ó bien "1-1(defensor)-9 atacantes".
En 1866 se instituyó el "off-side" y para no incurrir en dicha falta se precisaba que hubiera tres jugadores entre la línea de gol y el atacante (de paso, inventaron el larguero o travesaño, inicialmente a 5,50 m. del suelo; antes de eso, la portería, el arco, estaba delimitada sólo por los postes laterales).
b) Debido a la gran distancia existente entre el único defensa y los delanteros, se inventa el mediocampista: "1-1-1-8".
Alrededor de 1875, mentes privilegiadas descubren, tras una serie de aplicadas observaciones de la llamada Realidad Deportiva y del uso del cálculo de probabilidades y posibilidades, que resulta harto conveniente durante un partido de fútbol el pase del balón a un compañero: nuestro juego favorito deja, por lo tanto, de ser de penetraciones solitarias.
Semejante concepto, incorporado desde prácticas escocesas a los equipos que compartían la Liga creada por la entidad que diera nombre a nuestro deporte, la "Football Association" ("soccer", distinto de "rugger", en la versión abreviada), creó gran confusión desde el punto de vista defensivo. Los defensores acostumbraban hasta entonces a perseguir todos en masa, como un cardumen, al poseedor del balón (algunos no han variado su táctica mucho que digamos desde entonces: vean los domingos por cable los partidos de los gallegos en su soporífera Liga y después me cuentan), y no ocupaban los espacios opuestos a ese "llevador" del implemento de juego. Como consecuencia, tras un certero pase dado por ese pícaro atacante la defensa toda quedaba desairada, sin mucha posibilidad cierta de recuperación.
c) Para curarse en salud, los siempre avispados europeos (el fútbol de verdad, el de este lado del charco, aún no se había inventado) adoptaron originales formaciones tales como el "1-1-2-7" , o como en el "sistema holandés": "1-2-2-6". Ya esto, aun siendo un horror, se parece mucho más al equipo colista de tu liga regional, my dear friend.
2. Sistema Piramidal, o "de los Cinco en Línea": "2-3-5" (circa 1880, y que nada tiene que ver con ciertas figuras cuestionables del Derecho Societario o del Trabajo).
Este es un hallazgo inglés, que serán los yonis unos infames piratas imperialistas, pero no por nada su Liga es muchísimo menos aburrida de ver que la española: fundaban "científicamente" todo su posicionamiento en la referida (vid. supra, 1, a) primera regla del fuera de juego, que establecía que el jugador estaba habilitado para recibir el balón si se encontraba situado detrás de tres rivales. Uno de los zagueros se quedaba como libre cerca del arquero y el otro defensa cerca de la línea del mediocampo; así mantenían a los atacantes lejos de su portería, pues era fácil que los atacantes cayeran en la posición "fuera de juego". Puesto ingenuamente este mecanismo en manos de gente avispada, la consecuencia fue fatal: las continuas detenciones por fuera de juego (y las encarnizadas patadas a los atrevidos que lo evitaban) fueron desluciendo el espectáculo, transformándolo en monótono y lento. Así que los siempre éticos ingleses modificaron la Ley del fuera de juego (1925), reduciendo de tres a dos los adversarios que el atacante deberá tener entre él y la línea de gol, para considerarse en posición regular.
3. La "W-M" ó "1-3-4-3" (1928-1950).
Con esta nuestros mayores nos llenaron los huevos de modo notable cuando éramos niños y no podíamos hacer sino escuchar pacientemente sus relatos sobre el fútbol de otros tiempos. Se basa en el retraso de un mediocampista a posición de defensa central o "stopper", o sea el grandote tipo estibador encargado de detener al centroatacante rival en base a patadas, codazos y amenazas contra la integridad física y psíquica de los seres queridos de dicho contrincante, y el simultáneo desplazamiento de los dos defensas hacia los extremos. Los interiores o "insiders" se atrasaron para contribuir en el funcionamiento defensivo y creativo conjuntamente, quedando la zona central del terreno vigilada por cuatro jugadores, y se volvió de un sistema de marcaje zonal a un sistema de marca al hombre. En su extremo desarrollo, dio origen al llamado "punta de lanza": uno de los interiores se adelantaba sobre la posición del propio centroatacante, haciéndole el dos-uno al stopper, y evitando así el fuera de juego sistemático como arma defensiva del rival.
4. El cerrojo (desde 1938):
"1-1-3-2-1-3" (en su forma simplificada: "4-3-3"), que se basa en la simple superioridad numérica de la defensa sobre el ataque, y fue el fin de la W-M. Mucho más adelante, los entrenadores llevarán esto al paroxismo defensivo. De aquí nacen el "cattenaccio" ("1-4-3-2") y el puesto de "battidore libero", cuyo máximo exponente será el gran Franz Beckenbauer.
5. El "4-2-4" (1953 en adelante):
Es otra variante del cerrojo, pero más generosa con el espectáculo. Recuérdese que en esta nueva etapa posterior a 1950, lo importante es hacer más goles que el contrario... aunque sea uno solo. En defensa, se marcaba en zona. En el centro, al hombre. Cuando todos copiaron el sistema de juego, en 1962, los brasileños se limitaron a retrasar a uno (o dos) de los atacantes, y entonces ganaron otra vez, y después nacieron:
6. El "4-3-3" y el "4-4-2", sistema favorito de los alemanes (en línea 4-4-2), brasileños (en cuadrado 4-2-2-2) y argentinos-uruguayos (en rombo 1-3-3-1-2).
7. El fútbol de "pressing", creación de Stefan Kovacs y Rinus Michels sobre la base de haber visto jugar a nuestro Alfredo Di Stefano (según los mismos aburridos mayores que nos hinchaban las pelotas con la W-M, el mejor futbolista argentino de todos los tiempos junto con Pontoni, De la Mata y José Manuel Moreno, superiores inclusive a Diego Maradona), en la época que gracias a su presencia el Real Madrid era algo digno de tomarse en serio. Todos los jugadores en constante movimiento, agrediendo al rival hasta cuando defendían, pujando colectivamente por recuperar el balón. El problema de este sistema, también llamado por los periodistas "fútbol total", es que si entre los que corren no hay Cruyffs o Van Hanegems (a esos sí los vimos, y no parecían europeos, no señor) que jueguen y hagan jugar cuando el esférico es recuperado, pues entonces se convierte en un fútbol totalmente industrial y parecido al rugby. Por ejemplo: la tarea de definir las ocasiones de gol queda en manos de futbolistas superdotados tan deslumbrantes como los siempre recordados Giorgio Chinaglia o Manolo Clarés, entre otros. Todos corren y tienen permiso para pensar sólo uno o dos privilegiados: un producto deportivo enlatado típicamente "Made in Europe".
8. En el Mundial jugado en México durante 1986, entrenadores como el Dr. Carlos Salvador Bilardo o Beckenbauer colocaron ante sus guardametas sendos triángulos de defensa central constituidos por un libero y dos marcadores al hombre, en donde otros dos subían a reforzar un centro del campo muy lleno, transformándose en laterales-volantes. Así salió a la luz pública el "3-5-2", sistema cada vez mas utilizado por los equipos de alta competición.
9. El eterno retorno.
"Yo acabé con Nietzche", dijo oportunamente el famoso agente Treponema Pallidum. Sin embargo, las alucinaciones culturales del famoso poeta y filólogo francón continúan allí, inclusive bajo la forma de evolución de las tácticas y estrategias deportivas.
Se vislumbra que a este paso volverá el deslumbrante "3-4-3" de entre 1928 y 1950. Lástima que casi todos sus promotores más entusiastas de entre mis mayores, ciudadanos argentinos todos ellos, más un (1) español naturalizado, han dejado este mundo maravilloso, y no podrán ya demostrarme, en la cancha o frente a las pantallas de televisión, birra, pizza y faso en mano, que ellos tenían razón.
Claro, volverá la "W-M" y será deslumbrante, pero sólo si los sufridos aficionados no se aburren antes definitivamente del fútbol, como muchos que -lo juro- tenían una pasión e irreprochable buen gusto por lo bello ya se han aburrido del arte...
P. D. para puristas del idioma: las voces 'fóbal' y 'fulbo', frecuentemente empleadas - cada vez menos, por desgracia- en el selecto vocabulario de algunos hinchas argentinos, me suenan mucho mejor como castellanización que el académico 'fútbol' (derivación directa del inglés "football", que se escribía en castellano en los viejísimos tiempos de la W-M). Ni que hablar si a las tales voces las comparamos con la increíble palabra 'balompié', cuya defensa hiciera Mariano de Cavia, y que hasta la propia Irreal Cacademia dejara en su momento de lado por lo impracticables y ridículos de sus derivados: balompedista, balompedístico, etcetera, etcetera, etcetera...
[Vano amontonamiento de palabras en el polvo cósmico del infinito]
sábado, marzo 05, 2005
Alucinaciones culturales: la historia del fóbal
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Me gusta la definición de balompie. Es bastante más lógica (aunque no tiene la calidad Shakespeare mediante) que futbolista.
Yo también huí del deporte (sic) rey (doble sic) pero asqueado por las cantidades astronómicas gastadas en mantener a niñis mimados y auténticos no-caballeros.
Estimado balompedista, de mi mayor consideración:
¡Non fuyades, cobarde malandrín! ¡Indignarse porque le paguen un sueldo a ese Iniesta, que no se enteró de que la materia es impenetrable, o a Pernía, que es todavía más patadura que el padre!
(A propósito, diálogo en junio de 1978 entre un futbolista escocés agredido por Pernía Padre en 1977, que miraba un catálogo de fotos de los miembros de la albiceleste, y un periodista mendocino:
J:- Where is Vicente?
P:- No, Pernía no juega el Mundial.
J:- Oh, I'm glad! Pernía is a crazy!
Otro P:- ¿Qué decías de Pernía?
J:- Pernía... Who is Pernía?... Ah, yes yes, Pernía is very nice)
;-)
Alguna vez oí decir a un gran futbolista (uno de los grandes de veras) algo así como "hacer esto siempre es mejor que ir a trabajar" XD
Publicar un comentario