jueves, marzo 03, 2005

Crossroads

La vida discurre por caminos que parecen extraños, pero que no por sinuosos y largos dejan de ser necesarios. Los atajos casi nunca conducen a algún sitio que valga la pena.

El arma más poderosa del Diablo es, dice la leyenda blusera, la desilusión. Cuando uno se encuentra en encrucijadas y debe tomar decisiones tales como la de hacer su camino, seguro que pasará miedo creyendo asomar en la cuneta la silueta del Bajísimo ofreciendo el oro y el moro, y la sabiduría aparente, y afinar nuestra guitarra, a cambio de nuestros sueños.

Pero nuestros sueños son la sal de la vida. Son lo único nuestro, nuestro oro, lo único que podemos traducir en actos que, cuando son sinceros, cuando están repletos de verdad, nos hace bien compartir. Damos nuestro tiempo y nuestras sensaciones y pensamientos porque son el cumplimiento de nuestros sueños, nuestras prácticas concretas de felicidad, por el disfrute mismo de esa felicidad y del revivir la felicidad pasada (acaso sea siempre la misma, que tratamos de perpetuar y compartir, aunque las circunstancias sean adversas). Nuestros sueños son nuestra música, y no están en venta.

Muchos, demasiados hombres (y mujeres) recorren los caminos que se alejan de las encrucijadas de la vida con la desidia de quienes no parecen haber comprendido que la defensa del sueño es la defensa de la acción más sagrada: la sincera, que nos hace iguales y libres a todos o a ninguno, y pobre de quien no quiera ver en sus actos libres la potencial libertad de todos, de quien no quiera ver en la suciedad algunas pepitas de oro que relucen y nos invitan a la alegría, porque ya podemos sospechar qué hizo con su cuota de sueños cuando atravesó su última encrucijada..

Una tarde de 1987, leyendo a León Felipe durante un curso universitario absolutamente ajeno a la Literatura y a la Música -que tuve que repetir dos veces: lo abandonaba siempre antes del examen final- descubrí la existencia de John Donne, y luego a un ensayista cuyo nombre ahora no consigo recordar, pero que comentaba un pasaje de Donne diciendo que a veces la vida nos pone en situaciones extrañas, absurdas, impensadas y difíciles. Y de ahí el valor único en la naturaleza de la capacidad humana para empatizar y plasmar libremente los propios sueños, y los ajenos. Para compartir la libertad y las sensaciones. El sentido aproximado del texto, que sí recuerdo, era contundente: "Donne parece sugerirnos: si te ocurriera que en una de tus encrucijadas personales vieras pasar una estrella, síguela; acaso llegues al final del tiempo con su luz, acaso no. Pero si no lo haces, vivirás pensando que acaso esa y ninguna otra era tu estrella. Y sin estrellas que seguir, nunca tendrás paz ni libertad".

Los caminos han de ser de todos por igual, y sin discriminaciones. Pero la estrella la elige o la encuentra cada desconcertado viajero en la noria o espiral del tiempo. (A veces suena tonto, y hay quienes se ríen de los supuestos tontos: gente adulta y supuestamente seria soñando compartir el tacto, la mirada y los pensamientos con una estrella, ¡habráse visto!).

¿Cómo era?... "¿Dónde está la estrella de los Nacimientos?.....enciende con tu mano la nueva música del mundo, la canción marinera del mañana, el himno venidero de los hombres: ¡drop a star!..."

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Encrucijadas. He aprovechado la de estos días a) para repasar mis conocimientos de HTML (por si le sirve a algún olvidadizo: un útil tutorial), y b) para recorrer algunas de mis páginas favoritas de Internet. Hoy no tenía muchas ganas de leer libros, cosa rara en mí.
Como habrán notado ya, no soy de los que acostumbran poner enlaces a sus preferencias cibernautas en la portada de la bitácora. Pero hay que hacerle justicia a algunas páginas y blogs, entre los muchos buenos que hay. Una serie de puntos y aparte definirán cada tanto lo que quiero compartir con los amigos de entre lo que vaya encontrando en la red.
Algunos se han ganado mi admiración siendo perfectos desconocidos, tal el caso de quienes llevan las páginas Estudios y Recursos Literarios, o CANZONIERE, o -por muy diferentes razones, y aunque a veces me aburra- Crisis Energética.
Los fanas de Les Luthiers se sorprenderán acaso de saber que existe una web dedicada al Fundador Gerardo Masana.
Quienes hayan leído con atención mi primer post acaso hayan descubierto ya el enlace a una buena página española acerca del escritor austríaco Gustav Meyrink.
No frecuento páginas de política, y menos aún si tienen la ideología de la que es 'web madre' del blog que ahora enlazo, pero creo que los conocimientos históricos de quien se hace llamar El Curioso Lector, sea quien fuere, se merecen todo nuestro respeto.
Desde hace un tiempo, me asomo nostálgico cada tanto a Mágicas Ruinas. A esa página llegué leyendo una de mis favoritas:Rebelde. Para los rockeros argentos, ya que estamos, la mejor página "no oficial" acerca del gran Flaco Luis Alberto Spinetta.
Un aficionado al blues no puede dejar de recomendar la visita a la página dedicada al análisis literario y musical de la obra del maestro: The Robert Johnson Notebooks.
Por hoy, me resta cerrar con dos damas que acaso perseveren con sus bitácoras y nos hagan pasar buenos momentos leyéndolas, cada una de ellas en su estilo: principiodeincertidumbre y - the last but not the least - La Isla Pequeña (bitácora esta última que también, cosa extraña, se puede localizar aquí).

3 comentarios:

principio de incertidumbre dijo...

Gran, gran, gran, gran asombro el mío. Tengo publicidad, ¡y gratis! -Bendito sea Alá.
Poniéndome seria un rato, diré que concuerdo en varias partes de tu ¿ensayo?; la gente me mira como loca (aunque tengan razón) cada vez que pondero los poderes mágicos de las ramas, ramitas, o ramotas del suelo. Yo que culpa tengo que ellos no sepan ver la serie concatenada de hechos que llevan a la mistificación de las ramas. Además este es un mundo tan complejo, que todo, o casi todo es admitible. Por eso el gran Principio de incertidumbre (aunque no fuese tan voluntario lo de Heisenberg y su teoría se expandiese geométricamente a los ámbitos más impensados), siempre hay una posibilidad de ser, o no ser.
Mientras tanto, yo prefiero seguir a una estrella, o que ella me siga a mí. Quién sabe.
Lore.

P.D. Extraño que mencionarás a León Felipe, últimamente lo estoy leyendo. Me da una esperanza de que alguien fue farmaceútico y además poeta.

Alfredo dijo...

La publicidad se la ha ganado. Oportunamente haremos saber cuando la designen Directora Técnica de algún Laboratorio.
Ahora que lo pienso yo también, mis textos, que casi todos fueron posts en su primera redacción, vienen a ser una suerte de ensayos.
Lo del "luminoso" don Werner y León Felipe no es tan extraño. Un profe de Literatura que tuve en el secundario (un bachillerato con muchas, muchísimas horas de biología, química, matemáticas y física), aconsejándonos para lograr un estilo apropiado por sentencioso y breve a los usos científicos (informes y protocolos, por ejemplo), nos decía que no nos extrañásemos de que alguno acabase dando en poeta. Comentaba el buen hombre que los filólogos y gramáticos parecen haber ido olvidando que el lenguaje, en todos sus niveles, es por sobre todo herramienta de comunicación, y se pierden detrás de apariencias y sutilezas menores, dejando de lado la sustancia lógica del pensamiento y la emoción, la empatía que cualquier lenguaje expresa. En cambio, agregaba, a veces un tipo sensible de formación científica lo expresa de modo sencillo y veraz, coherente, armónico. Creo que no andaba lejos de la verdad.
Saludetes

Anónimo dijo...

Como de encrucijadas viene la cosa, me gustó la web yanqui sobre R. Johnson, aunque el link tarda en cargar.